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Nacionales

SERIE ESPECIAL – Escuadrón de Rescate: instancia poderosa de la FARD

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Aunque los escuadrones parecen ser el alma de la Fuerza Aérea Dominicana para defender la patria, no es así.

El enorme complejo aéreo militar que conforma la base de San Isidro, al Este de la capital, está formado por una serie de entidades que marchan a la perfección.

Desde la salubridad hasta el abastecimiento, allí laboran miles de hombres y mujeres que lo dan todo para beneficio del país.

Por ejemplo, el Departamento de Relaciones Públicas posee un moderno entramado de comunicación que incluye las redes sociales y la actualización diaria de su página web, en la que se publican acontecimientos y novedades que entrañan la grandeza de las misiones que ejecutan.

Como en todas las entidades militares, la confidencia es una de las principales virtudes de estos hombres y mujeres que no solo patrullan el cielo patrio. Los empleados de servicios generales, así como los de lavandería, cocina, electricidad, recreación y estudios, entre muchos otros, saben lo que hacen. Laboran con amor, entrega y ninguno se considera superior a otro. No obstante el debido respeto a los grados militares superiores, la camaradería y tesón por el cumplimiento del deber son índices que hablan muy en alto del valor colectivo.

Una breve mirada a lo interno de los escuadrones, nos recrea esa necesaria satisfacción por el deber cumplido.  

Escuadrón de combate

Con el rojo color que enarbola la fuerza, el cielo abierto a sus pies bajo el lema del latín ¨Primus Inter Pares¨ y su dragón con misiles a mano, se resume la experiencia de ser un piloto que pertenece a esa entidad. En la espera a los visitantes desde que se atraviesan las puertas de su guarida  allí  nos esperan con una sonrisa en los labios y un gesto que denota amabilidad y cortesía. Se puede notar la fuerza y el ímpetu por su vocación de hacer de los cielos su hogar.

Con diferentes nombres claves que distinguen la personalidad, cada oficial cuenta una historia diferente como experiencias de vuelo.  

En horas de descanso, cuentan con espacios para entrenamiento, salón de reuniones, dormitorios y una sala de planificación con fines de informar y organizar las distintas misiones encomendadas.

Cada locación parecía encontrarse en el lugar adecuado, con ambiente necesario y el  olor que imprimen los que van a cumplir con  su  deber.

Una galería amplia de aquellos que dejaron sus huellas en la institución decoran las paredes; murales con historias de las hazañas y secretos de quienes pertenecen o pertenecieron a sus filas.

Carlos David Delgado Gutiérrez lleva 11 años de experiencia en la institución. Cuatro de estos son de piloto del Escuadrón de Combate. Dice que la pasión es parte fundamental para ejercer este trabajo a la altura, y que se requiere de   sacrificios para llegar a esa posición.  

Quien hoy día comanda esta unidad es la teniente coronel piloto María Tejada Quintana.

Ella asegura que en ese escuadrón, “los servicios son de 24 horas corridas; nuestra misión es servirle a la patria”.

Los Súper Tucanos

Frente al salón VIP, por donde acostumbra viajar el Presidencia de la República, se encuentra el hangar donde “descansan” los ocho famosos aviones Súper Tucanos. Cada una de estas naves aéreas posee un monomotor y dos asientos.

Están diseñadas para el combate, captura y persecución de embarcaciones o grupos de individuos que, desde los aires o el mar, intentan infringir las leyes nacionales.

De un color gris intenso, parecido a un cielo nublado y con la imagen de un tiburón con sus fauces abiertas y dientes afilados, se presenta el formato externo de estas aeronaves.

Su mantenimiento es constante y a todas horas se encuentran en el espacio aéreo, en estado de alerta, listos para atajar a los malhechores o ayudar a aquellos que presenten peligro.

El promedio de una hora operacional de un Súper Tucano equivale a 1,500 horas de vuelo. Para quienes todavía se están forjando en la práctica aérea existen los aviones Pillán, para uso en prácticas y sirven para medir el desempeño de los futuros pilotos.

Los integrantes de este bloque realizan actividades en conjunto con otras entidades militares, tales como la Policía Nacional, Dirección Nacional de Control de Drogas, Armada Dominicana y Ejército Nacional.

Para las festividades carnavalescas y efemérides patrias, el vuelo de estas naves constituye una atracción infalible durante los desfiles en el malecón de Santo Domingo, entre los meses de enero y febrero de cada nuevo año.   

Unidad que proporciona todo tipo de ayuda

A esta unidad le competen las operaciones en helicópteros, y es una unidad que proporciona todo tipo de ayuda: Desde las catástrofes naturales hasta el atascado de un teleférico o el transporte de un paciente. Está preparada para cualquier eventualidad, tanto dentro como fuera del país, y han extendido su mano a otras naciones.  

Con un emblema cocido a su bolsillo derecho de color naranja y un águila como sello distintivo, llevan impregnada la frase “donde otros no llegan”. Los oficiales y alistados de este escuadrón hacen que los ciudadanos que enfrentan algún tipo de peligro se sientan seguros ante su presencia.

Luis Santiago Cruz de la Rosa tiene 12 años en la Fuerza Aérea Dominicana y 5 años de experiencia como piloto. Es cordial y educado. Al ser cuestionado sobre el sentimiento interior ante el peligro, explica que “al igual que se maneja un avión, se apende a manejar las emociones para que las misiones asignadas cumplan con lo establecido. Cada asignación tiene un protocolo distinto y nos acatamos a lo que se necesite al momento de operar. En Puerto Plata, por ejemplo, dimos el todo por el todo”, dijo con orgullo el primer teniente piloto Cruz de laRosa, quien funge como  encargado de operaciones.

Al igual que otras escuadras, el trabajo es compartido, pero con apoyo permanente al Centro de Operaciones de Emergencia (COE). “La preparación física y mental conlleva estar preparado para salvar una vida, aunque de esa misma forma estés poniendo en peligro la tuya, no tiene precio, la gratitud del deber cumplido¨, declaró.

Cada uno de los hombres y mujeres que día tras día dejan sus hogares para proteger y establecer el orden en República Dominicana, merecen nuestra consideración y respeto.  Con la frente en alto y un servicio a pecho abierto así se define la  labor de los integrantes de cada uno de estos escuadrones.

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