Orar por la paz

Emedida que pasan los días, nuevos acontecimientos empujan al mundo a un escenario de guerra y confrontación que ponen en peligro la paz mundial.

Lo último, los ataques a centros de la inteligencia israelí en Irak, por parte de Irán, y la prueba de  cohetes intercontinentales por Corea del Norte, coincidieron con el escalamiento de la tensión entre Rusia y Occidente. 

Tal y como escribí en un artículo anterior, la agudización de la crisis Rusia-Occidente por la invasión a Ucrania, solidificará la relación Rusia, Corea del Norte e Irán y las pretensiones de éstos de tener a su alcance armas nucleares.

La apertura de nuevos frentes de combate internacional con Irán y Corea del Norte será una de las respuestas de la geopolítica de Putin.

Y como si lo anterior sonara apocalíptico, lo es más aún cuando China acaba de advertir a Estados Unidos que no tolerará ni aceptará ayuda de Occidente a Taiwán. 

Es evidente que China pudiera estar aprovechando la confrontación con Rusia para abrir el frente de Taiwán, a la cual han amenazado con doblegar militarmente, bajo la premisa de que pertenece a China.

Mientras estos frentes se agudizan, al mismo tiempo líderes de Occidente apuestan a que las sanciones económicas provocarán la caída de Putin y que un nuevo gobierno ruso salga de Ucrania derrotado y humillado.

Sin duda, la apuesta de Occidente es una posibilidad.  Pero, pudiera darse lo contrario, y acercar al mundo a una confrontación nuclear total.  Se estaría jugando a una verdadera ruleta rusa con la paz mundial.

Creo, sin deseos de ser alarmista, que hay razones objetivas para que el mundo entre en una etapa de oración por la paz. 

El panorama luce muy complicado, con muchas acciones que actúan  en paralelo y todas apuntan a una gran confrontación.

A Dios que nos proteja a todos.  En este mundo globalizado, todos sufriremos las consecuencias si el conflicto continúa desarrollándose como va.