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EN LA DIANA – Corrección o apreciación cambiaria
Primer Tiro:
El tipo de cambio promedio de los primeros 13 días laborables del cursante mes de abril representa una tasa de devaluación anualizada de 5.3%, exactamente igual a la observada en diciembre del 2019. El pico pandémico de la misma se observó en julio del año pasado, cuando subió hasta 14.6%. Desde entonces, y hasta el mes de enero del cursante ano, dicha variable empezó a disminuir de manera permanente, pero siempre debido a una estabilización del tipo de cambio. Pero desde enero del 2020 el tipo de cambio ha estado bajando, acelerando la caída de la devaluación anualizada, la cual pasó de 9.8% en dicho mes, hasta el 5.3% anteriormente citado. Se ha cuestionado el planteamiento de calificar este fenómeno como apreciación cambiaria, pues también se podría entender como una corrección cambiaria, es decir, que la devaluación anualizada se ha colocado donde estaba antes de la Pandemia.
Segundo Tiro:
Si las expectativas locales no han cambiado (la posición internacional de los bancos, y el balance préstamo-deposito en dólares, no han variado significativamente entre enero y abril), entonces una reducción del tipo de cambio, con una tasa de devaluación menor a la de la inflación, y con una baja tasa de interés, solo es consistente con expectativas de inversionistas no residentes de que el tipo de cambio habría llegado a su techo, lo cual los induciría a tomar posición en la compra de activos nacionales a bajos precios. Ese fenómeno seria a su vez consistente con expectativas de que, ante el aumento de la inflación por encima del rango superior de la meta, el Banco Central aceleraría la decisión de retirar la flexibilización monetaria y crediticia, lo cual induciría a las entidades de intermediación financiera a aumentar su posición de liquidez para aprovechar los posibles aumentos futuros de tasas de interés, lo que a su vez explicaría que el aumento de liquidez resultante de esa entrada de capitales solo pudiera ser esterilizado con títulos de corto plazo (letras) del Banco Central, los que ahora representan el 14% del total de valores en circulación.
Tercer Tiro
El crédito bancario ha vuelto a repuntar hasta el 9.5% (un aumento de la efectividad de la política monetaria expansiva) en el mes de marzo, lo cual es consistente con la colocación del IMAE en terreno positivo en el mes anterior de febrero. Si el fuerte crecimiento de las remesas y el repunte del turismo habrían superado los efectos del choque externo negativo, entonces se explicarían las expectativas de que el tipo de cambio habría llegado a su techo, y que la sobre devaluación del año pasado empezaría a corregirse, esperándose un ajuste posterior según la recuperación de los sectores importadores netos de la economía, lo que motivaría a comprar en el presente activos en moneda nacional financiado con la venta de dólares, los cuales aumentarían de precio en el futuro. Pero el avance en los indicadores de recuperación, simultáneamente a la aceleración de la inflación, también aumentan las expectativas de un retiro de la flexibilización monetaria más rápido de lo previsto en la situación anterior, y si las fuerzas de estas expectativas son del mismo signo, entonces la diferencia entre corrección y apreciación es irrelevante.