PENSANDO – Publicidad aberrante | Listín Diario

Para nadie es un secreto la prevalencia de un sinnúmero de analfabetos integrales, opinando en los medios de comunicación por el solo hecho de ser instrumento del poder de la publicidad, falseando la realidad y así logrando objetivos que exclusivamente están al servicio de los intereses políticos, empresariales y hasta delincuenciales.  

La independencia de los profesionales de la información no solo se ve socavada por estos intereses, sino también por la influente dictadura de la publicidad.  

Si bien los medios viven gracias a los ingresos publicitarios, no es menos cierto que los programas críticos no complacientes son víctimas de la publicidad y por ende, del derecho a disentir que enriquece la construcción de una mejor sociedad.  

Luchemos por la independencia que nos da la credibilidad, que significa el mejor alimento en la práctica del periodismo ético.  

El talento es necesario en la supervivencia laboral, pero si no se tiene responsabilidad en la veracidad de la comunicación, estamos condenados a la mediocridad en el ejercicio del periodismo.  

La diafanidad de denunciar va de la mano con la dignidad del profesional en los medios, como voz de los privados de sus reclamos y reivindicaciones.