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Nacionales

COLABORACIÓN – Recibamos con optimismo el 2022

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Tras remontar la grave crisis eco­nómica provoca­da por la pande­mia del Covid-19, nuestro país alcanzó en el 2021 una de las mayores tasas de cre­cimiento de América Latina y el Caribe. Una verdadera proeza motivo legítimo de orgullo na­cional. Habida cuenta de que nos enfrentamos a una crisis sin precedentes, cuyo origen no se debió a desajustes económicos, ya que se entrecruza con las me­didas sanitarias adoptadas por las autoridades para frenar la propagación del virus, cuyo im­pacto se tradujo en fuertes res­tricciones a las actividades pro­ductivas, comerciales y sociales, que afectaron sensiblemente el balance de la economía. Tanto a escala local como mundial.

Ante realidad tan compleja e inédita, el gobierno encabeza­do por el presidente Luis Abina­der, ha sabido sortear con acer­tado equilibrio y dinamismo, los retos coyunturales en los planos sanitarios, económicos y de asis­tencia social. Desplegando una vigorosa campaña de vacuna­ción y controles para reducir los contagios, atender a los infecta­dos y asistir a los trabajadores que perdieron sus empleos. Al tiempo de implementar medi­das de estímulos monetarios y fiscales, ejecutadas por el Ban­co Central y el Ministerio de Ha­cienda, orientadas a reactivar el aparato productivo y mantener a flote el tejido empresarial.

Por su parte, el sector priva­do ha desarrollado las mejores prácticas en cuanto a la logísti­ca, manteniendo en todo mo­mento en operación la cadena de suministros, logrando de es­ta forma abastecer los comer­cios de artículos esenciales. Esto demuestra el nivel de madurez del sector productivo nacional y, a su vez, la robustez de los di­ferentes operadores de servicios logísticos.

En tanto que el turismo, las zonas francas y las remesas han registrado cifras records al finalizar el año, al igual que la construcción y la manufactura nacional. De este modo la reac­tivación ha sido intensiva en la recuperación de empleos soste­nibles, que es la mejor manera de lograr un crecimiento distri­butivo, con apreciación salarial para compensar en parte la in­flación. Al mismo tiempo, las re­servas internacionales crecieron y el peso se fortaleció frente al dólar. Las recaudaciones fiscales sobrepasaron en 25 por ciento las de 2019. Mientras el merca­do de valores superó todos sus indicadores de inversión.

Ahora que empieza un nuevo año, estamos a las puertas del aprovechamien­to de mayores oportunidades, con perspectivas económi­cas favorables, basadas en un modelo de desarrollo funda­mentado en alianzas público-privadas. Pese retos como la inflación y el aumento del pre­cio de los combustibles, existe una enorme liquidez a nivel internacional y local que pue­de ser canalizada hacia inver­siones productivas que pro­muevan el empleo con mayor equidad social.

Por eso debemos reci­bir con un renovado optimis­mo el 2022. Y de esta forma aprovechar el retorno de la normalidad para hacer un despliegue de renovadas y emprendedoras iniciativas que contribuyan a una mayor sostenibilidad económica, so­cial y medio-ambiental..

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