En noviembre voy a dictar una Conferencia en el marco de la Feria Internacional del Libro de Viena, invitado por el Instituto Cervantes, previamente coordinado por la Embajadora Laura Faxas, excelente representante del país en Austria. Conversando con mi amiga Laura, me vino a la mente el tema de lo contingente en la historia y en la literatura, que es un tópico que yo he tratado en diversas ocasiones, pero que esta vez, estará enriquecido con experiencias diferentes desde las perspectivas del análisis. Como el tema del azar es de tan variada aplicación o referimiento, pero siempre eventual, recordé unas alusiones a dos trovadores de renombre, que en su momento escribieron y cantaron canciones alusivas a lo fortuito y el amor. Aunque voy a abordar el azar o la contingencia en el contexto literario e histórico, debo consignar que también en el amor, el azar es concurrente. Por ejemplo, Joan Manuel Serrat ese formidable cantor, escribió: “Fue sin querer… es caprichoso el azar/No te busqué ni me viniste a buscar / Tú estabas donde no tenías que estar/ Y yo pasé, pase sin querer pasar/ Y me viste y te vi entre la gente que iba y venía con prisa/ En la tarde que anunciaba chaparrón/Tanto tiempo esperándote…/ Fue sin querer…/ Es caprichoso el azar/ No te busqué ni me viniste a buscar/ Yo estaba donde no tenía que estar/ Y pasaste tú, como sin querer pasar/ Pero prendió el azar semáforos carmín/ Detuvo el autobús/ Y el aguacero hasta que me miraste tú…/ Fue sin querer…/ Es caprichoso el azar/ No te busqué, ni me viniste a buscar…”
Silvio Rodríguez, escribió: “ Cuando Pedro salía a su ventana/ No sabía mi amor no sabía/ Que la luz de esa clara mañana/ Era la luz de su último día/ Y las causas lo fueron cercando/ Cotidianas invisibles/ Y el azar se le iba enredando/ poderoso invencible/ Cuando Juan regresaba a su lecho/ No sabía oh alma querida/ Que en la noche lluviosa y sin techo/ Lo esperaba el amor de su vida/ Y las causas lo fueron cercando/ Cotidianas invisibles/ y el azar se le iba enredando/ Poderoso invencible/ Cuando acabe este verso que canto/Y no se madre mía/ Si me espera la paz o el espanto/ Si el ahora o si el todavía…”
El azar es oyente, alberga violines y mariposas, una lengua grave de barítono delante de un reloj de arena, el lírico portento de una ciudad apresurada y tensa. El azar es neblina y luna, una perdida belleza que vuelve, unos arabescos que dibujan esa magia que es el mar. El mundo gira infinito, la gravedad es un conjuro, el rocío un destello, vivimos el instante, el vacío vuélvese gema y llama, nenúfar o colindancia de un embeleso, ligero navío donde acontece la armadura sonora de una risa, la libélula danzarina de la música y el fuego. La Conferencia girará sobre los grandes cataclismos de la historia, los desenlaces más insólitos, las imprevistas apariciones de lo inusual, la llama gravitante de lo aleatorio. Y la literatura como relato lírico del alma y sus demonios.
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