Ignacio de Loyola era diestro en el manejo de las armas, guerreó contra comuneros y franceses. En momentos claves de sus Ejercicios Espirituales, Ignacio emplea imágenes bélicas: habla de capitanes, caudillos, banderas, conquistas, huestes en orden de batalla, discernimiento de los puntos flacos de una plaza. Los primeros jesuitas se llamaron «soldados que luchan bajo el estandarte de la Cruz». Pero esas metáforas se empleaban desde los inicios del cristianismo. Job dijo: “La vida del hombre es milicia” (7,1). Efesios 6, 10 – 17 habla de casco, armadura, escudo, Pablo de Tarso, ¿militarista?
Se cree erróneamente que: “la Compañía de Jesús nació por una adaptación de la organización militar al monaquismo, algo así como una Orden caballeresca creada para la defensa de la Santa Sede y para la conquista de países protestantes e infieles”.
“Nada más falso” repite Villoslada. Se soslaya el deseo de servir gratuitamente y la hermandad entre los jesuitas. Se parte de este error: “el uso inveterado y frecuentísimo de llamar a S. Ignacio «soldado» y «capitán».” Repitamos “una y mil veces que nunca fue soldado del ejército español, nunca fue capitán ni tuvo graduación alguna en la milicia, nunca cobró sueldo o la pensión más mínima por sus hazañas bélicas… … Ignacio de Loyola luchó… no como soldado, sino como caballero, que se siente obligado en conciencia al servicio de su emperador, sin que nadie le llame a las armas; luchó en la guerra, como gentilhombre del Duque de Nájera…” (Villoslada, 1986, 488).
Es cierto que uno de los muchos significados de “compañía” es militar. “A San Ignacio le importaba poco que el Instituto por él fundado se nombrase Compañía, Asociación, Congregación, Sociedad o de cualquier otro modo… … lo irrenunciable para él era el apellido de Jesús.” Villoslada nos recuerda, que la palabra “Compagnia” en la Italia renacentista era “sinónima de Asociación, Congregación, Confraternidad” En su obra, Villoslada señala algunas de las 20 hermandades y asociaciones piadosas que se auto designaban “compañías”.
Al traducir al latín los documentos fundacionales de la Orden, Ignacio y los compañeros no usaron ningún equivalente militar, sino “Societas”. En inglés se habla de “Society of Jesus”, en alemán, “Gesellschaft Jesu”.
Entienda “compañero” como alguien con quien se comparte el pan y comprenderá mejor la Compañía de Jesús. Ignacio la llamaba “amigos en el Señor”.