El mundo vive momentos de incertidumbre, de dolor y muerte. Hemos tenido que sacar de abajo, como se dice, para no sucumbir en la pandemia.
Los precios del petróleo, de los granos y de todo se han disparado, nuestro país no es productor del llamado oro negro, pero tampoco produce maíz o sorgo, comencemos por ahí para entender aumentos de precios.
Pero igual hay grosera y malsana especulación.
Basta con ir a un colmado o almacén y de inmediato veremos la diferencia.
Pero igual se nota en las guagüitas que venden por las calles de los barrios. Es abismal la diferencia en los precios.
Hay especulación, para no decir que perversidad política, ganas de culpar a un gobierno y un presidente que como Luis Abinader, ha dado muestras de que quiere lo mejor para el pueblo dominicano y ha hecho de tripas corazón para estar presente en todas y cada una de las necesidades del pueblo dominicano tratando de paliar y resolver en la medida de las posibilidades del gobierno, y más allá.
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