Soledad y confinamiento.–
Por: César Mella
cesarm2@codetel.net.do
No es lo mismo estar solo que estar confinado.
Un preso que le colocan en una solitaria convive con sus pensamientos.
No se han medido los efectos deletéreos de la soledad forzada.
Un sujeto a la deriva y solo en alta mar con solo flotar en un pedazo de madera de lo poco que quedó de su embarcación clama a Dios su supervivencia.
Solo se cuentan los que son detenidos por violar sin justificación el toque de queda que se ha impuesto por causa de la pandemia.
Pero no se premia al confinado.
En Japón se han suicidado más de 20 mil seres humanos el año pasado casi todos en confinamiento.
Los índices de natalidad han disminuido en casi todos los países y pudiera hipotetizarse que debería ser lo contrario pues el tiempo confinado genera espacios para la intimidad sexual, pero, ¿y los estados de ánimo? ¿Y el miedo al contagio por dos cuerpos que se besan y anudan por sus genitales?
En España el índice de natalidad del 2020 disminuyo drásticamente y los japoneses crearon una dirección general para atender a los solitarios.
Mundialmente según el periódico El País, ha aumentado el consumo de bebidas alcohólicas y yo agrego que en nuestro país el consumo de bebidas adulteradas como el clerén o “tapa floja” hicieron estragos recientes en la mortalidad del dominicano.
¿Es que la embriaguez mitiga las penas y nos da el aliento necesario para la esperanza?
¿Es que la mayoría de los intoxicados lo hacen en pleno confinamiento como hecho prohibido?
Entre sus cantores García Márquez (Premio Nobel de Literatura), ha hecho de la soledad un símbolo de comportamiento.
¿Es que el confinamiento es un desafío a la libertad de movimiento?
¿Es esconderse y protegerse de una partícula química que a lo mejor ya pasó de forma atenuada por nuestro organismo o que está escondido en nuestra propia habitación?
¿Es un equivalente suicida exponerme de forma desafiante ante las autoridades, que cumpliendo su deber, te invitan de forma cortés a detenerte y abandonar tu vehículo?
Pero no todo es malo.
¿Qué permite el confinamiento?
Aumentar la introspección, es decir un autoanálisis, es hacer una mirada diaria hacia adentro.
Pasar el siguiente balance autocrítico:
¿Es más lo que la vida me ha dado que lo que me ha quitado?
No pensar a futuro sino vivir el día a día y dar gracias por un nuevo amanecer lleno de esperanzas.
Aconsejar a otros dando parte de nuestras fortalezas convertidas en ánimo para el prójimo.
Estirar los músculos de arriba hacia abajo, quiero decir desde la cabeza hasta los pies.
Hacer ejercicios respiratorios de inspiración forzada (tomar mucho aire) y espirarlos a exhalar, quiere decir, expulsarlos lentamente.
Vamos a seguir vacunándonos; vamos a respetar las normas internacionales y nacionales.
¡Queda mucha vida”
¡Los tiempos por venir son prometedores!
¡El dominicano es atrevido pero luchador… Venceremos!
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