Después de la segunda Guerra Mundial y el periodo de la Guerra Fría, el consumo y tráfico de drogas ha mostrado un desarrollo indetenible, especialmente en el mundo occidental, tanto en el hábito de la adicción, que supuestamente ayuda a los consumidores a sentirse mejor, como el negocio del narcotráfico que se ha convertido en la actividad económica más importante que domina esta parte del mundo.
Hay quienes sustentan que tal y como sucedió con la prohibición del expendio de bebidas alcohólicas que se implementó desde el 12 de enero de 1920 al 6 de diciembre de 1933, a partir de las cuales ese negocio se legalizó, ese mismo método se podría aplicar a los estupefacientes, eliminando el negocio ilegal entregando ese tráfico comercial a la economía controlada y así derivar los ingresos adicionales de impuestos que esto implicaría para los respectivos gobiernos.
En el caso del alcohol surgieron instituciones en el sector privado, como Alcohólicos Anónimos, para ayudar el esfuerzo de las autoridades. En el caso de las drogas solo habría que lidiar con la parte sanitaria de la adicción.
Hace unos cuantos años fui testigo presencial del dialogo entre un reconocido empresario dominicano y una alta autoridad del gobierno. El empresario planteaba que con toda la experiencia acumulada quedaba claro que no había manera de combatir el narcotráfico como actividad ilegal porque el recurso de los actores era tan enorme que lograba obstaculizar todas las gestiones para impedirlo. La autoridad en cuestión planteaba que desde el Gobierno, el Estado, era imposible aceptar el libre tráfico de las drogas con la influencia perniciosa que ejercería sobre la juventud.
En otro orden recuerdo que Francia y yo fuimos a Medellín, Colombia, hace unos treinta años y nos hospedamos en un hotel que era dirigido por un hotelero dominicano, viejo amigo. Al notar el visible flujo económico de la ciudad, le pregunté al hotelero, ¿Cuáles eran las actividades de mayor productividad económica de la región?, él se sonrió y me dijo: “Ellis, lo que más mueve dinero aquí es el lavado de activos producto del narcotráfico, pero tanto las autoridades como la ciudadanía en general le hacen poco caso a esa realidad y miran hacia el otro lado”.
Viendo la operación Falcón, ¿Qué hacer, nos vamos del lado de la legalización o miramos hacia el otro lado, o es que usted tiene una solución alterna secreta?
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