Durante muchos años, y aun en la actualidad, las mujeres prestan una gran prioridad al cuido de sus mamas y descuidan en ocasiones el chequeo de su corazón. Hasta hace unos años consideraban que sólo los hombres se enfermaban del corazón y parecían desconocer que de cada tres mujeres que mueren dos son a causa de enfermedades cardiovasculares y una por cáncer, y que existen diferencias en las manifestaciones clínicas en el hombre y la mujer.
Hay algunas particularidades del sexo femenino que no se justifican por la protección que le confieren las hormonas femeninas, y que es importante tener presente.
• Las mujeres con hipertensión arterial presentan más derrame cerebral, más hipertrofia o crecimiento cardiaco e insuficiencia cardiaca diastólica.
• La prevalencia de hipertensión arterial es mayor en las mujeres que han tenido valores más elevados de presión arterial en embarazos previos.
• Con frecuencia presentan dislipidemia, caracterizada por el aumento de triglicéridos y descenso del colesterol bueno (HDL), pero luego de la menopausia aumentan las cifras del colesterol total.
• Son más propensas a presentar complicaciones trombóticas, tanto durante los embarazos como en la menopausia, pues desarrollan, alteraciones de la actividad plaquetaria de los factores de la coagulación y la actividad fibrinolítica.
• Son más sedentarias que los hombres y favorecen la obesidad, además generan más ansiedad y estrés.
• En las últimas décadas las mujeres jóvenes han aumentado significativamente el hábito tabáquico y hoy se considera el factor de riesgo más preocupante.
• La concentración de estrógenos en la composición de la placa de ateroma y en la función vascular de los pequeños vasos, ejercen gran influencia, lo que determina que la enfermedad coronaria no obstructiva sea más frecuente.
¿A qué se debe el aumento espontáneo de la mayor mortalidad de las mujeres cuando se trata de infarto?
Primero: Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar “obstrucciones en los pequeños vasos dentro del musculo cardiaco en lugar de las grandes arterias que lo rodean”. “además, son muchos más difíciles de detectar”.
Segundo: Su presentación en las mujeres por lo general es atípica, lo que resulta en pérdida de tiempo para buscar ayuda y más tardío el inicio del tratamiento.
Estas características y otras condiciones han llevado al desarrollo de guías de estratificación de riesgo, especiales para mujeres.
El autor es Asesor Asociación Instituto Dominicano de Cardiología.
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