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Santo Domingo. \u2013 La vida de Yajaira Mar\u00eda Santana Toribio y su madre, Dominga Magaly Toribio Cuevas, es un testimonio de lucha, sacrificio y amor incondicional. Yajaira, una dominicana de 47 a\u00f1os, graduada de la Escuela de Servicios Tur\u00edsticos de la Universidad Cat\u00f3lica Santo Domingo <\/em><\/strong>en 2001, parti\u00f3 hacia Argentina en busca de un futuro prometedor. Sin embargo, el destino le ten\u00eda reservado un giro dr\u00e1stico.<\/p>\n En 2017, su madre la encontr\u00f3 entubada en Argentina, v\u00edctima de una serie de complicaciones m\u00e9dicas graves que la dejaron sin movilidad ni habla. Desde entonces, Yajaira permanece postrada en una cama, consciente pero incapaz de valerse por s\u00ed misma. El diagn\u00f3stico es devastador: secuelas de enfermedad cerebrovascular<\/em><\/strong>, traqueostom\u00eda, y varias discapacidades m\u00e1s. Su certificado de la Agencia Nacional de Discapacidad de Argentina, emitido en 2008, refleja la gravedad de su condici\u00f3n.<\/p>\n Dominga Magaly, licenciada en bioan\u00e1lisis de la Universidad Aut\u00f3noma de Santo Domingo (UASD), ha dedicado los \u00faltimos 6 a\u00f1os de su vida al cuidado de su hija. Con una carrera que abarca desde el Hospital Moscoso Puello hasta la Cruz Roja, Dominga ha sido el pilar fundamental de Yajaira, su \u00fanica hija<\/strong>. No obstante, los recursos son escasos y la carga econ\u00f3mica insostenible. Medicamentos, art\u00edculos de uso cotidiano y hasta la alimentaci\u00f3n representan un desaf\u00edo diario.<\/p>\n La situaci\u00f3n es a\u00fan m\u00e1s desesperante debido a la falta de apoyo adecuado por parte del Estado dominicano<\/em><\/strong>. Aunque Yajaira est\u00e1 afiliada al r\u00e9gimen subsidiado de Senasa<\/em><\/strong>, los derechos que deber\u00eda tener, como las visitas m\u00e9dicas a domicilio, no se han materializado. Las ayudas puntuales del gobierno y de algunos altos funcionarios han aliviado temporalmente su situaci\u00f3n, pero lo que necesitan con urgencia es una pensi\u00f3n adecuada y una vivienda en un primer piso, condiciones b\u00e1sicas para mejorar su calidad de vida.<\/p>\n La esperanza de Dominga se centra en el programa Mi Vivienda Feliz y una solicitud de pensi\u00f3n ante el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente. Sin embargo, la respuesta del Ministerio de la Presidencia fue desalentadora: el perfil de Yajaira no cumple con todos los requisitos establecidos para el programa de vivienda.<\/p>\n Yajaira y Dominga viven en el tercer piso de un edificio, lo que imposibilita algo tan sencillo como tomar el sol al aire libre. Su historia es un llamado urgente a la solidaridad y a la acci\u00f3n del Estado. Esta familia necesita una soluci\u00f3n real y sostenible, una oportunidad para vivir con dignidad.<\/p>\n Para esta familia, el tiempo se agota y la necesidad de una respuesta adecuada se vuelve cada vez m\u00e1s apremiante. La esperanza de una vida mejor pende de un hilo, mientras se mantienen a la espera de que las instituciones correspondientes act\u00faen con la urgencia que la situaci\u00f3n amerita.<\/p>\n \nLeer: Joven agradece a De \u00daltimo Minuto por ayudarle a conseguir su silla el\u00e9ctrica<\/em><\/strong><\/h3>\n