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En 1936, por medio de la emisi\u00f3n de una ley propuesta por el Senado de la Rep\u00fablica, Santo Domingo dej\u00f3 de lado el nombre del fundador de la Orden de los Dominicos para rendirle honor al tirano Rafael Le\u00f3nidas Trujillo (1930-1961).<\/p>\n
El 11 de enero del referido a\u00f1o, el Congreso Nacional aprob\u00f3 y remiti\u00f3 al Poder Ejecutivo la Ley n\u00famero 1067 sobre la \u201cdesignaci\u00f3n de la ciudad de Santo Domingo, capital de la Rep\u00fablica Dominicana con el nombre de Ciudad Trujillo\u201d. Mientras que el Distrito Nacional se denominar\u00eda en lo sucesivo Distrito de Santo Domingo, as\u00ed lo estableci\u00f3 la Ley 1068.<\/p>\n
Las motivaciones para el cambio citaban que \u201cla universalidad del pueblo dominicano ha manifestado p\u00fablicamente sus leg\u00edtimos deseos de que Santo Domingo sea llamada Ciudad Trujillo, como reverente expresi\u00f3n de gratitud al insigne Benefactor de la Patria, General\u00edsimo Doctor Rafael Le\u00f3nidas Trujillo Molina\u201d. Pero, \u00bfqu\u00e9 era lo que supuestamente agradec\u00eda el pueblo?<\/p>\n
El paso del cicl\u00f3n San Zen\u00f3n, el 3 de septiembre de 1930, dej\u00f3 a Santo Domingo en un estado descrito por el List\u00edn Diario de la \u00e9poca como apocal\u00edptico. En pocas horas la capital se redujo a escombros y solamente aquellas casas coloniales con techos romanos y las de cemento de buena calidad resistieron al \u00edmpetu del viento, la lluvia y las altas olas.<\/p>\n
Los muertos y heridos oscilaban entre los 3,000 y m\u00e1s de 10,000, respectivamente, seg\u00fan una publicaci\u00f3n de este medio correspondiente al mi\u00e9rcoles 10 de septiembre de 1930.<\/p>\n
En menos de cinco a\u00f1os el dictador \u201ctransform\u00f3 la ciudad en una moderna\u201d, catalogada as\u00ed por escritores como Leoncio Pieter y Luis E. Alemar en publicaciones de la \u00e9poca.<\/p>\n
Es por ello que, \u201chaci\u00e9ndose eco del sentir popular\u201d (aunque otros se\u00f1alan que fue por mandato presidencial), el presidente del Senado de la Rep\u00fablica, Mario Ferm\u00edn Cabral, present\u00f3 la iniciativa un 12 de julio de 1935, en Santiago de los Caballeros y fue promulgada en enero del a\u00f1o siguiente.<\/p>\n
Amplias avenidas, calles asfaltadas, muelles, parques y edificios fueron algunas de las nuevas construcciones, de acuerdo a textos de aquel entonces.<\/p>\n
Los libros durante la era trujillista solo hablan de una ciudad alegre y tranquila, pese al r\u00e9gimen restrictivo propio de una dictadura. Sin embargo, el historiador Juan Daniel Balc\u00e1cer recuerda que se viv\u00eda bajo una atm\u00f3sfera de represi\u00f3n y de inseguridad pol\u00edtica, porque reg\u00eda un estado de tipo totalitario en el que el dictador y su r\u00e9gimen lo controlaban casi todo.<\/p>\n
\u201cPero hab\u00eda que vivir. Los adultos trabajaban, fuera en el sector p\u00fablico o en el escasamente desarrollado sector privado. Los ni\u00f1os asist\u00edan a la escuela, los j\u00f3venes a la secundaria, los m\u00e1s adultos a la \u00fanica universidad que exist\u00eda. Y, naturalmente, la gente se divert\u00eda de acuerdo con las facilidades que exist\u00edan en la \u00e9poca\u201d, agreg\u00f3 Balc\u00e1cer.<\/p>\n
El tambi\u00e9n profesor universitario acota que hab\u00edan ri\u00f1as y robos que a veces terminaban en tragedia, pero se trataban de actos menores. No era necesario que las casas estuvieran protegidas con verjas ni que las ventanas fuesen protegidas por rejas de hierro y hasta se dec\u00eda popularmente que \u201cse pod\u00eda dormir con las puertas sin seguro\u201d.<\/p>\n
\u201cEn los casos de actos delictivos, la ley era aplicada en ocasiones con excesiva severidad precisamente por el orden dictatorial que imperaba y quienes se dedicaban a actos delincuenciales, lo pensaban muy bien antes de actuar\u201d, agreg\u00f3.<\/p>\n
A continuaci\u00f3n se muestra un mapa interactivo en el que se visualizan algunos de los puntos de la ciudad; si no puede verlo, ingrese a este enlace.<\/span><\/strong><\/p>\n