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Rafael Le\u00f3nidas Trujillo pose\u00eda viviendas en toda Rep\u00fablica Dominicana<\/strong>. Pero siempre le tuvo un aprecio especial a las que ten\u00eda en su ciudad natal, que luego fue nombrada por ley \u201cprovincia Trujillo\u201d (San Crist\u00f3bal), en 1932, dos a\u00f1os despu\u00e9s de hacerse con el poder.<\/p>\n El Castillo del Cerro y la Casa de Caoba, adem\u00e1s de las que est\u00e1n frente al mar Caribe como la casa de playa en Najayo y la Hacienda Mar\u00eda (casa blanca), eran las que m\u00e1s visitaba el dictador en San Crist\u00f3bal.<\/p>\n Hoy tres de estas cuatro propiedades est\u00e1n en el abandono, llenas de desechos, con las paredes y techos desgarrados por el tiempo y la mano humana, y algunas con signos de que algunas personas han vivido temporalmente all\u00ed. Pocos son los rastros de que alg\u00fan d\u00eda Trujillo, su familia e invitados especiales, recorr\u00edan los elegantes salones de estas residencias.<\/p>\n La primera casa de Trujillo<\/strong><\/p>\n Trujillo naci\u00f3 en 1891 <\/strong><\/span>donde hoy se encuentra el Parque Piedras Vivas, en el centro de San Crist\u00f3bal.<\/p>\n \u201cLa vivienda, se dice, era modesta, pero de las m\u00e1s espaciosas del pueblo. Su techo era de zinc y estaba pintada de rojo.Ten\u00eda ocho habitaciones, divididos en seis dormitorios y, el resto, en salones\u201d, describe el libro \u201cMemorias de San Crist\u00f3bal\u201d de Jos\u00e9 Pimentel Mu\u00f1oz.<\/strong><\/p>\n