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Manuel Pablo Maza Miquel, S.J.<\/b><\/p>\n \u00a0H<\/strong>=itler na\u00adci\u00f3 en 1889, en Braunau del Inn, Aus\u00adtria, cerca de la frontera con Alemania. Siempre guard\u00f3 la amar\u00adgura de verse rechazado en 1913 como estudiante a la Academia de Bellas Artes de Viena por no ser bachi\u00adller y sus dibujos pobres. El 5 de febrero de aquel ten\u00adso 1914, Austria lo decla\u00adr\u00f3 no apto para el servicio militar. Pero al estallar la guerra, fue aceptado en un regimiento b\u00e1varo del ej\u00e9r\u00adcito alem\u00e1n. Enviado al te\u00adrrible frente del Somme en Francia, sirvi\u00f3 con tal va\u00adlent\u00eda, que para 1918, Hit\u00adler ya hab\u00eda sido condeco\u00adrado dos veces, la segunda, con la cruz de hierro, reco\u00admendado por su \u00a1superior jud\u00edo! (Evans, 2003: 167). Alguien afirm\u00f3 que aquel cabo era \u201cincompetente pa\u00adra comandar gente y peli\u00adgrosamente psic\u00f3tico\u201d. En 1920, ya orador conocido, participa en la redacci\u00f3n del programa del Partido Obre\u00adro Alem\u00e1n.<\/p>\n De Hitler y su \u00e9poca se discuten muchos temas, pe\u00adro el acuerdo es un\u00e1nime respecto de la terrible vio\u00adlencia. Nos acercaremos con m\u00e1s verdad a Hitler haci\u00e9n\u00addonos las mismas preguntas que recientemente se hac\u00eda, el escritor Juan Gabriel V\u00e1s\u00adquez al analizar una obra (Cr\u00f3nicas desde el pa\u00eds de la gente m\u00e1s feliz de la tierra) del nobel Wole Soyinka so\u00adbre su Nigeria natal: \u201c\u00bfCu\u00e1l era la condici\u00f3n mental de aquella sociedad que alum\u00adbr\u00f3 tama\u00f1a violencia? \u00bfC\u00f3\u00admo naci\u00f3 aquella brutali\u00addad, que la aliment\u00f3 y c\u00f3mo alcanz\u00f3 tanto \u00e9xito?\u201d<\/p>\n Hitler y su temporalmen\u00adte admirado Mussolini, echaron sus dientes ideo\u00adl\u00f3gicos combatiendo en la Primera Guerra Mundial y luego, relacion\u00e1ndose estre\u00adchamente con grupos ultra\u00adnacionalistas de excomba\u00adtientes. Ambos padecieron el salpullido socialista y el rechazo del arrogante mun\u00addo de las riquezas. Ambos sufrieron en carne propia la humillaci\u00f3n que los acuer\u00addos de Versalles de 1919 cargaron sobre sus pa\u00edses.<\/p>\n Siempre que vea a un payaso demagogo deam\u00adbulando por el aire, iden\u00adtifique el cable que sostie\u00adne sus piruetas y maromas. Cinco ideas tejieron el ca\u00adble del \u201ccabito\u201d Hitler. Pri\u00admera, el Ej\u00e9rcito alem\u00e1n no perdi\u00f3 la guerra. \u00bfAcaso los aliados, controlaron siquie\u00adra un metro de tierra alema\u00adna? La paz, fue una pu\u00f1ala\u00adda por la espalda al heroico ej\u00e9rcito alem\u00e1n. Segunda, la revoluci\u00f3n bolchevique fue fruto de una conspiraci\u00f3n jud\u00eda. Tercera, las razas son desiguales. Los arios son su\u00adperiores. Cuarta, la raza ju\u00add\u00eda es una fuerza corruptora de los pueblos. Quinta, Ale\u00admania est\u00e1 llamada a levan\u00adtarse y ganar su espacio vital en el este.<\/p>\n Recorramos su ruta.<\/p>\n<\/p><\/div>\n\n