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Cuando Doris Michel sale de su casa en Hait\u00ed, se pone un chaleco antibalas y trata de usar un auto blindado.<\/p>\n
Desde que su padre fue secuestrado el mes pasado en la capital, Puerto Pr\u00edncipe, la mujer haitiano-estadounidense de 34 a\u00f1os no corre ning\u00fan riesgo. Viaja con un guardaespaldas y cuando se siente especialmente insegura, con dos.<\/p>\n
\u201cLa inseguridad en Hait\u00ed es algo que ha estado ocurriendo durante a\u00f1os, pero ahora ha dado un giro que es simplemente insoportable\u201d, dijo.<\/p>\n
Su padre, de 85 a\u00f1os y veterano de la guerra de Vietnam, fue secuestrado en septiembre junto con su chofer y una amiga que es la madre de un cantante haitiano. Ellos viajaban por Martissant un barrio controlado por pandillas que muchos intentan evitar, pero que era el \u00fanico camino por el que pod\u00edan llegar a donde el padre necesitaba ir.<\/p>\n
A ese mismo tipo de actividades del crimen organizado se les atribuye el secuestro de 16 estadounidenses y un canadiense \u2014 misioneros de una organizaci\u00f3n religiosa y sus familiares. Su desaparici\u00f3n resalt\u00f3 el deterioro de la situaci\u00f3n y oblig\u00f3 al gobierno estadounidense a movilizarse para resolver uno de los secuestros de mayor magnitud de los \u00faltimos a\u00f1os.<\/p>\n
En contraste, muchos otros secuestros pasan inadvertidos \u2014 algo que les molesta a personas como Michel, que dice que el FBI les provey\u00f3 a ella y su familia poca asistencia.<\/p>\n
Su padre y las otras dos personas fueron secuestrados por una pandilla encabezada por Ti Lipli, miembro de la Familia G9 y Aliados \u2014 una de las mayores y poderosas organizaciones del crimen organizado en Hait\u00ed. Solicitaron un rescate de 6 millones de d\u00f3lares.<\/p>\n
Michel y su madre dijeron que no ten\u00edan tanto dinero. Dos d\u00edas despu\u00e9s, la pandilla elev\u00f3 el rescate a 10 millones.<\/p>\n
\u201cNosotros les reiteramos: \u2018No tenemos ese dinero\u2019\u201d, recuerda Michell. \u201cEntonces cambiaron a \u00bfcu\u00e1nto dinero tienes?\u2019\u201d.<\/p>\n
A medida que las negociaciones se extend\u00edan, la salud de su padre comenz\u00f3 a deteriorarse. \u00c9l no ten\u00eda sus medicamentos para la hipertensi\u00f3n ni las p\u00edldoras para la pr\u00f3stata o los anticoagulantes que estaba tomando desde que se someti\u00f3 a una cirug\u00eda cerebral en enero. Pero la pandilla no cedi\u00f3.<\/p>\n
\u201cCuando ellos llamaban, dec\u00edan cosas muy duras, crueles: \u2018\u00bfYa no quieres a tu esposo? No nos molesta, podemos matarlo y lo puedes recoger de la basura\u2019\u201d, dice Michel.<\/p>\n
El pandillero nunca se identific\u00f3, pero siempre era la misma voz, y las llamadas nunca duraban m\u00e1s de dos minutos.<\/p>\n
Durante el calvario, ella sobreviv\u00eda comiendo dos huevos hervidos y algunas galletas al d\u00eda. Ella y su madre perdieron 8 libras (3,6 kilos) cada una. Por la noche, ella tomaba p\u00edldoras para poder dormir. Por el d\u00eda, rezaba.<\/p>\n
Michel se enter\u00f3 de que su padre y los otros dos rehenes recib\u00edan un taz\u00f3n de arroz al d\u00eda y tres bolsas peque\u00f1as con agua. Ellos racionaban lo que ten\u00edan en caso de no recibir nada al d\u00eda siguiente. Los tres fueron retenidos en una habitaci\u00f3n cerrada con ventanas cubiertas con tablas, donde escuchaban las voces de otras personas que ellos piensan que tambi\u00e9n hab\u00edan sido secuestradas.<\/p>\n
\u201cMi pap\u00e1, porque combati\u00f3 en Vietnam y tuvo una vida dif\u00edcil y lidi\u00f3 con muchas cosas, ten\u00eda el mecanismo para sobrellevarlo\u201d, dijo. \u201cPero algunos d\u00edas, se desplomaba\u201d.<\/p>\n
Michel culp\u00f3 al gobierno haitiano por el aumento de los secuestros y de la violencia en general que han sumido el pa\u00eds en uno de sus per\u00edodos m\u00e1s inestables en a\u00f1os recientes\u201d.<\/p>\n
\u201cEllos crearon las pandillas\u201d, dijo. \u201cAhora no pueden controlar al monstruo\u201d.<\/p>\n
Muchos expertos dicen que el fen\u00f3meno de las pandillas en Hait\u00ed comenz\u00f3 cuando el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide comenz\u00f3 a armar a los habitantes de los barrios m\u00e1s pobres a inicios de la d\u00e9cada del 2000 porque su gobierno no ten\u00eda ej\u00e9rcito y la polic\u00eda padec\u00eda de falta de personal. Al sector privado y grupos pol\u00edticos tambi\u00e9n se les acusa de armar a las pandillas, de acuerdo con un funcionario internacional que no estaba autorizado a hablar p\u00fablicamente del asunto.<\/p>\n<\/p><\/div>\n