{"id":18852,"date":"2021-09-02T13:16:36","date_gmt":"2021-09-02T17:16:36","guid":{"rendered":"https:\/\/prensaxtremard.com\/internacional\/afganistan-de-cara-al-11-septiembre-de-la-esperanza-a-la-tristeza\/"},"modified":"2021-09-02T13:16:36","modified_gmt":"2021-09-02T17:16:36","slug":"afganistan-de-cara-al-11-septiembre-de-la-esperanza-a-la-tristeza","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/prensaxtremard.com\/internacional\/afganistan-de-cara-al-11-septiembre-de-la-esperanza-a-la-tristeza\/","title":{"rendered":"Afganist\u00e1n de cara al 11 septiembre de la esperanza a la tristeza"},"content":{"rendered":"

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Era el 13 de noviembre de 2001. El Sol apenas comenzaba a salir sobre las monta\u00f1as Hind\u00fa Kush cuando los talibanes desaparecieron de Kabul, la golpeada capital de Afganist\u00e1n.<\/p>\n

Los cuerpos de los \u00e1rabes extranjeros que se hab\u00edan quedado atr\u00e1s estaban mutilados y ensangrentados. Hab\u00edan sido encontrados y asesinados por afganos de otra facci\u00f3n que avanzaba y fueron llevados a la ciudad como parte de una campa\u00f1a encabezada por Estados Unidos que expuls\u00f3 a los talibanes del poder.<\/p>\n

Era un momento en que Estados Unidos todav\u00eda lidiaba con la conmoci\u00f3n por los ataques terroristas de dos meses atr\u00e1s, cuando aviones piloteados por terroristas de Al Qaeda se estrellaron contra tres edificios emblem\u00e1ticos y en un campo de Pensilvania, y mataron a m\u00e1s de 3,000 personas.<\/p>\n

Los perpetradores y su l\u00edder, Osama bin Laden, estaban en alg\u00fan lugar de Afganist\u00e1n, protegidos por los talibanes.<\/p>\n

Hab\u00eda una misi\u00f3n: encontrarlo. Llevarlo ante la justicia.<\/p>\n

En ese preciso momento, Afganist\u00e1n \u2014con dos d\u00e9cadas de desorden detr\u00e1s y dos d\u00e9cadas m\u00e1s por delante\u2014, se suspendi\u00f3 en un momento intermedio. Las p\u00e1ginas de su historia reciente estaban ya llenas de sufrimiento, pero por primera vez en un tiempo, algunas p\u00e1ginas en blanco llenas de potencial estaban justo adelante. Nada era seguro, pero muchas cosas parec\u00edan posibles.<\/p>\n

En ese contexto, los afganos entendieron que la misi\u00f3n contra bin Laden significaba una oportunidad para asegurar su futuro \u2014un futuro tan turbio en ese d\u00eda como lo es hoy. En esos meses y a\u00f1os posteriores al 2001, creyeron en el poder de \u201clos extranjeros\u201d.<\/p>\n

Desde hace cientos de a\u00f1os hasta el confuso caos de las \u00faltimas semanas, cuando Estados Unidos se retir\u00f3 de su base a\u00e9rea y despu\u00e9s de la capital, la palabra \u201cextranjero\u201d ha significado muchas cosas en el contexto afgano, desde invasores hasta posibles colonizadores.<\/p>\n

Pero en noviembre de 2001, en una capital afgana mayoritariamente en ruinas donde las carreteras llenas de baches estaban llenas de bicicletas y taxis amarillos destartalados, signific\u00f3 esperanza.<\/p>\n

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Torek Farhadi se uni\u00f3 a decenas de expatriados afganos educados y capacitados que regresaron a su tierra natal en 2002, despu\u00e9s de que los talibanes se fueran. Quer\u00eda ser parte del nuevo Afganist\u00e1n que prometi\u00f3 la invasi\u00f3n encabezada por Estados Unidos.<\/p>\n

\u201cEncontr\u00e9 a la gente aliviada y llena de energ\u00eda para comenzar de nuevo\u201d, dijo el economista desde su casa en Ginebra, mientras observaba el regreso al poder de los talibanes el mes pasado. Tambi\u00e9n record\u00f3 a las \u201cmujeres j\u00f3venes e inteligentes\u201d que encontr\u00f3 y que hab\u00edan perdido una gran parte de su educaci\u00f3n debido a la represi\u00f3n de los talibanes entre 1996 y 2001.<\/p>\n

La llegada de la coalici\u00f3n liderada por los Estados Unidos semanas despu\u00e9s de los ataques del 11 de septiembre puso fin a un r\u00e9gimen represivo y religiosamente radical que ten\u00eda m\u00e1s en com\u00fan con el siglo VI que con el XXI.<\/p>\n

Mullah Mohammad Omar, el aislado l\u00edder tuerto de los talibanes, hab\u00eda llevado la aldea a la ciudad. Los estrictos edictos que ense\u00f1aba en su madrasa (escuela religiosa musulmana) de una sola habitaci\u00f3n de barro se convirtieron en ley. A las ni\u00f1as se les neg\u00f3 la educaci\u00f3n. Las mujeres estaban confinadas en sus hogares, y cuando estaban en p\u00fablico, dentro de la burka que las cubr\u00eda del todo. A los hombres se les dijo que llevaran barba. La televisi\u00f3n fue prohibida al igual que toda la m\u00fasica, excepto los c\u00e1nticos religiosos.<\/p>\n

Cuando los talibanes huyeron y el nuevo l\u00edder posterior al 11 de septiembre, Hamid Karzai, entr\u00f3 en el extenso palacio presidencial, descubri\u00f3 que los talibanes hab\u00edan dejado su huella. El piano de cola hab\u00eda sido destripado; s\u00f3lo quedaba la elegante c\u00e1scara: las piezas interiores hab\u00edan sido removidas \u2014aparentemente por temor a que una tecla fuera presionada accidentalmente y se hiciera m\u00fasica.<\/p>\n

Hab\u00edan desfigurado murales de miniaturas pintadas a mano de pared a pared: Los talibanes, que cre\u00edan que las im\u00e1genes de seres vivos eran un crimen contra el islam, cubrieron la cara de cada p\u00e1jaro diminuto con un marcador negro.<\/p>\n

En esos primeros a\u00f1os, Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa de George W. Bush, prometi\u00f3 que no se construir\u00eda la naci\u00f3n. El gobierno del pa\u00eds fue entregado a los aliados afganos de Washington, muchos de los cuales hab\u00edan destruido Kabul con sus amargos pleitos la \u00faltima vez que gobernaron. Bajo su corrupci\u00f3n, el pa\u00eds se convirti\u00f3 en una colecci\u00f3n de feudos que enriquecieron a los caudillos militares locales y provoc\u00f3 el ascenso de los talibanes.<\/p>\n

Los pastunes, el grupo mayoritario que hab\u00eda constituido la columna vertebral del pa\u00eds, fueron privados de sus derechos s\u00fabitamente. En 2002, el subjefe de polic\u00eda de Zabul, una provincia del sur que alguna vez fue basti\u00f3n de los talibanes, envi\u00f3 a 2.000 j\u00f3venes pastunes a Kabul para unirse al Ej\u00e9rcito Nacional Afgano. Los molestaron y se burlaron de ellos; el subjefe dijo que todos menos cuatro terminaron por unirse a los talibanes.<\/p>\n

Carteles gigantes del combatiente antitalib\u00e1n Ahman Shah Massoud \u2014un caudillo militar de la etnia tayika asesinado el 9 de septiembre de 2001\u2014, fueron pegados en veh\u00edculos oficiales y en el interior del Ministerio de Defensa. El primer ministro de Defensa, Mohammad Fahim, un teniente de Massoud, profundiz\u00f3 las divisiones al institucionalizar la discriminaci\u00f3n \u00e9tnica.<\/p>\n

El ej\u00e9rcito afgano, que colapsar\u00eda ante los avances de los talibanes en 2021, inici\u00f3 su existencia con sus reclutas con frecuencia m\u00e1s leales a un caudillo militar que al ej\u00e9rcito mismo. El entrenamiento era de apenas ocho semanas para hombres nuevos, generalmente sin educaci\u00f3n. La construcci\u00f3n del ej\u00e9rcito afgano fue comparada con frecuencia como reparar a una aeronave en pleno vuelo.<\/p>\n

As\u00ed que, en todo Afganist\u00e1n, de manera r\u00e1pida y comprensible, comenz\u00f3: los derrotados talibanes comenzaron a resurgir. Y continu\u00f3 empeorando.<\/p>\n

Para 2012, solo dos a\u00f1os antes de que los Estados Unidos y la OTAN entregaran el operativo de la guerra al gobierno de Afganist\u00e1n, el ej\u00e9rcito afgano era apenas competente y estaba lleno de combatientes furiosos por lo que consideraban un mal trato por parte de sus entrenadores extranjeros. Los soldados usaban botas con agujeros debido a un contratista de mala calidad que hab\u00eda entregado equipo deficiente y a quien funcionarios corruptos pagaron millones. En un puesto de avanzada del ej\u00e9rcito en el este del pa\u00eds, los cascos eran tan escasos que cinco soldados se turnaban para usar uno.<\/p>\n

\u00bfY los entrenadores estadounidenses? Ya no asist\u00edan a las sesiones de entrenamiento en las que se utilizaba municiones reales.<\/p>\n

Tem\u00edan que dirigieran las armas hacia ellos.<\/p>\n

El regreso el mes pasado de los talibanes, con sus largas barbas y sus tradicionales turbantes sueltos, ha creado un temor generalizado entre los j\u00f3venes de las ciudades afganas, lugares donde las chicas urbanas con hiyab (el velo que cubre su cabeza y pecho) se han sentido libres para reunirse en cafeter\u00edas y en la calle. Hombres j\u00f3venes con vestimentas occidentales que sue\u00f1an con libertades a\u00fan mayores han sido parte del caos del aeropuerto que recibi\u00f3 el inicio de los vuelos de evacuaci\u00f3n.<\/p>\n

Afganist\u00e1n, un pa\u00eds de 36 millones de habitantes, est\u00e1 lleno de gente conservadora, muchos de los cuales viven en el campo. Pero ni siquiera ellos se adhieren a la interpretaci\u00f3n estricta del islam que impusieron los talibanes cuando gobernaron por \u00faltima vez.<\/p>\n

Los l\u00edderes talibanes, muchos vinculados al r\u00e9gimen anterior, incluido el cofundador del movimiento, Mullah Abdul Ghani Baradar, prometen un talib\u00e1n diferente esta vez. Alguna vez t\u00edmidos o renuentes ante las c\u00e1maras, muchos han realizado apariciones regulares en el escenario diplom\u00e1tico. Dicen que las mujeres pueden trabajar, asistir a la escuela y participar en la vida p\u00fablica.<\/p>\n

Qui\u00e9n les cree es totalmente otra cuesti\u00f3n. La nueva generaci\u00f3n est\u00e1 llena de j\u00f3venes nerviosos que crecieron con historias que eran materia de pesadillas.<\/p>\n

Algunos afganos mayores, a quienes les preocupa que una econom\u00eda de por s\u00ed ya deprimida s\u00f3lo empeorar\u00e1, se\u00f1alan que el \u00faltimo gobierno de los talibanes estuvo marcado por una fuerte seguridad. Bajo esos talibanes, la justicia era veloz y dura. A los ladrones condenados les cortaron las manos. Los asesinos fueron ejecutados p\u00fablicamente. Los castigos y los juicios se llevaron a cabo p\u00fablicamente en un estadio lleno de miles de personas: escenas crueles que a\u00fan generan miedo.<\/p>\n

Incluso mientras el mundo observaba en estado de conmoci\u00f3n la r\u00e1pida desaparici\u00f3n del ej\u00e9rcito y el gobierno afganos durante las \u00faltimas semanas, las se\u00f1ales de la decadencia de Afganist\u00e1n despu\u00e9s del 11 de septiembre hab\u00edan sido evidentes desde hac\u00eda mucho tiempo.<\/p>\n

Veinte a\u00f1os y miles de millones de d\u00f3lares en inversi\u00f3n despu\u00e9s del 11 de septiembre, Afganist\u00e1n fue considerado uno de los peores lugares del mundo para ser mujer en 2020 y en 2019, seg\u00fan el Instituto de Georgetown para la Paz y la Seguridad de la Mujer. En 2018, en una encuesta de Gallup con una escala del uno al 10 para determinar c\u00f3mo los encuestados calificaban sus posibilidades de un futuro mejor dentro de cinco a\u00f1os, los afganos promediaron un 2.3. Gallup lo llam\u00f3 un \u201cnuevo m\u00ednimo para cualquier pa\u00eds en cualquier a\u00f1o\u201d.<\/p>\n

Y dos tercios de los encuestados eran menores de 35 a\u00f1os \u2014afganos muy j\u00f3venes que, este mes, se preguntan con ansiedad qu\u00e9 suceder\u00e1 despu\u00e9s.<\/p>\n

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Cuando los afganos todav\u00eda cre\u00edan que la b\u00fasqueda de la paz pod\u00eda marcar la diferencia, exist\u00eda algo llamado Consejo Superior de la Paz. Hace algunos a\u00f1os, uno de sus miembros se preguntaba c\u00f3mo las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN \u2014que en su punto m\u00e1s alto sumaban 150.000 combatientes y luchaban junto a cientos de miles de tropas afganas\u2014 no pod\u00edan derrotar a decenas de miles de talibanes.<\/p>\n

\u201cO no quisieron o no pudieron hacerlo\u201d, dijo Mohammed Ismail Qasimyar. \u201cHan hecho un infierno, no un para\u00edso para nosotros\u201d.<\/p>\n

En los primeros a\u00f1os despu\u00e9s del 11 de septiembre, el dinero estadounidense lleg\u00f3 a Kabul en maletas. No hab\u00eda bancos en funcionamiento en ese momento \u2014ni supervisi\u00f3n de los miles de millones de d\u00f3lares que llegaban a raudales al pa\u00eds. La mayor parte pas\u00f3 por las manos de caudillos militares aliados a los Estados Unidos, cuya corrupci\u00f3n hab\u00eda causado el ascenso de los talibanes en la d\u00e9cada de 1990.<\/p>\n

Los generales estadounidenses eran utilizados con frecuencia por sus aliados afganos para vengarse. Mohabullah, un afgano que hab\u00eda abandonado a los talibanes para regresar a su casa en la provincia central de Ghazni, se ri\u00f3 una vez al relatar lo f\u00e1cilmente que los estadounidenses eran enga\u00f1ados por sus socios afganos. Record\u00f3 c\u00f3mo el propietario de una gasoliner\u00eda fue entregado como talib\u00e1n a las fuerzas de Estados Unidos para resolver una disputa.<\/p>\n

Las fuerzas estadounidenses con frecuencia, sin saberlo, se vieron envueltas en rivalidades locales durante esos primeros meses y a\u00f1os en los que depend\u00edan por completo de los caudillos militares que eran sus aliados. En 2002, un general estadounidense tuvo que depender completamente de los excaudillos para obtener informaci\u00f3n sobre figuras prominentes de Al Qaeda que estaban en movimiento.<\/p>\n

Para aquellos que han observado a Afganist\u00e1n durante a\u00f1os, las escenas de multitudes de hombres, en su mayor\u00eda j\u00f3venes, colgados de aviones que part\u00edan del aeropuerto de Kabul el mes pasado, parec\u00edan una acusaci\u00f3n de las dos d\u00e9cadas de esfuerzos y los miles de millones de d\u00f3lares gastados. Para muchos de esos hombres, la desesperaci\u00f3n por partir se deb\u00eda menos al temor por su vida y m\u00e1s para encontrar una nueva.<\/p>\n

Y, dicen algunos afganos, no es de extra\u00f1ar.<\/p>\n

\u201cLos clept\u00f3cratas y caudillos militares encontraron su lugar en los pasillos del poder. Eran ricos, se volvieron asquerosamente ricos y tomaron como reh\u00e9n de sus intereses a todo el sistema de gobierno\u201d, dice Farhadi, el economista. \u201cLa gente perdi\u00f3 la fe\u201d, dice. \u201cNi siquiera los soldados lucharon por su liderazgo corrupto\u201d.<\/p>\n

A\u00fan as\u00ed, Farhadi, exasesor del Fondo Monetario Internacional y execonomista del Banco Mundial, dijo que regresar\u00eda a su tierra natal bajo los talibanes \u2014para ayudarlos a encontrar una manera de operar en el siglo XXI.<\/p>\n

Mucho ha cambiado en el Afganist\u00e1n de la era del 11 de septiembre. Bin Laden est\u00e1 muerto y desaparecido, asesinado por las fuerzas de Estados Unidos en Pakist\u00e1n en 2011. Kabul es una ciudad que muchos talibanes que regresan ya no reconocen. Y con esa esperanza de noviembre de 2001 relegada durante mucho tiempo a la historia y la angustia de Afganist\u00e1n, Farhadi tiene un consejo para los antiguos y ahora m\u00e1s recientes gobernantes de su pa\u00eds.<\/p>\n

\u201cEst\u00e9n muy atentos a la corrupci\u00f3n. Generen igualdad de condiciones para negocios libres de corrupci\u00f3n. Permitan que las mujeres se incorporen a la fuerza laboral; ayudar\u00e1 a los hogares a mejorar sus finanzas. Pidan a la di\u00e1spora que regrese, invierta y ayude a construir el pa\u00eds. Eviten llevar al pa\u00eds al aislamiento. Es el pueblo el que acabar\u00e1 por pagar el precio de las sanciones\u201d.<\/p>\n<\/p><\/div>\n