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\u00a0T<\/strong>ransitaba a poca velocidad y por el carril correspondien\u00adte. La motocicleta -en v\u00eda contraria- casi se estrella en el veh\u00edculo que guiaba. Me asust\u00e9, me detuve y solo atin\u00e9 a mirar el da\u00f1o, percibiendo a distancia y a toda ve\u00adlocidad el conductor de comportamiento abusador con su vida y la de los dem\u00e1s.<\/p>\n El mismo d\u00eda, pero en la noche, regre\u00adsaba a casa por una calle muy transitada. Mantuve la tranquilidad frente a un con\u00adductor que muy adrede limit\u00f3 la circula\u00adci\u00f3n para conversar con el chofer de otro veh\u00edculo. El llamado de los dem\u00e1s, para nada le inmut\u00f3. Al concluir la charla, en plena v\u00eda, el hombre se dirigi\u00f3 al volan\u00adte mir\u00e1ndome de manera intimidante. Respir\u00e9 y segu\u00ed la marcha cuando \u00e9l me lo permiti\u00f3.<\/p>\n Otro d\u00eda, en la estrecha calle Beller, una conductora se detuvo a chatear fren\u00adte a un restaurante. Los veh\u00edculos que de\u00adb\u00edan atravesar el espacio tuvieron que su\u00adbir a la acera. Y ella, sin mostrar un \u00e1pice de empat\u00eda. Una se\u00f1ora le llam\u00f3 la aten\u00adci\u00f3n y la empap\u00f3 de insultos.<\/p>\n El fracaso acecha. La violencia a la franca campea en nuestras calles. A ve\u00adces se disfraza de inconciencia o torpeza; otras tantas en vocer\u00eda odiosa, en amena\u00adza, en herida, en el disparo que enl\u00fatese para siempre.<\/p>\n S\u00e9 que la salud mental puede quebrar\u00adse ante la cantidad de situaciones e incer\u00adtidumbres cotidianas. S\u00e9 que vivir es un desaf\u00edo y cada quien lucha con sus mie\u00addos y demonios internos. Adem\u00e1s, pesan mucho los compromisos. Lo s\u00e9, lo sabe\u00admos.<\/p>\n Pero nada se logra ventilando un ogro y vejando a los dem\u00e1s. Tampo\u00adco creerte la versi\u00f3n caribe\u00f1a de Su\u00adperman al volar bajito en el asfaltado. La calle es un escenario de uso com\u00fan donde tambi\u00e9n muestras de qu\u00e9 est\u00e1s hecho y qui\u00e9n eres.<\/p>\n Respetar las normas y ponerse en los zapatos de la otra persona es una manera de amarte. Y amar la vida.<\/p>\n Te invito a ofrecer siempre lo mejor de ti. Cultivemos m\u00e1s empat\u00eda en carre\u00adtera.<\/p>\n<\/p><\/div>\n