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Nacionales

RD y el Clásico Mundial de Béisbol

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La pelota es redonda y viene en caja cuadrada. El juego no termina hasta que se acaba. Como todo acto de competencia a los enfrentamientos se va a ganar o a perder. La República Dominicana ha desarrollado, desde la década de los 50, una particular posición de reconocimiento del béisbol de Grandes Ligas. Tres peloteros en el Salón de la Fama de Cooperstown y por lo menos dos más que vienen pronto, con su ingreso asegurado. Se nos considera una potencia en el mundo del béisbol de la más alta calidad.

Al aproximarse la fecha del Clásico se estimaba que el problema que tendrían el gerente general y el manager del equipo era a quien seleccionar para cada posición, ya que el número de estrellas y súper estrellas parecían desbordar el cupo del listado a ser escogido. Aunque aparecieron algunas situaciones de incapacidad o indisponibilidad para integrarse, aun así, el resto de los integrantes eran todos estrellas. Comenzó a comentarse que el equipo lucía casi fuera de serie; es decir, que era el equipo a vencer. Otros observadores señalaban las excelentes condiciones del equipo japonés que ya, como ningún otro, había logrado ser campeón dos veces. Es decir, el planteamiento podría traducirse en un encuentro final entre Japón y Dominicana; sin embargo, no dimos la talla y fuimos eliminados en la primera ronda.

Era casi increíble ver a bateadores que pronto estarán firmando contratos por encima de los 200 o 300 millones de dólares lucir como ositos de peluche cuando se paraban en el plato. ¿Qué pudo suceder? Esa es la gran pregunta. La gran mayoría de los jugadores había manifestado su gran deseo de representar al país y su anticipada búsqueda de la victoria. El rendimiento fue extremadamente pobre. Buscando razones podríamos señalar dos potenciales causas: la gran mayoría de nuestros jugadores son ya tan ricos y famosos que ya no identifican la sensación de sentir hambre, de ahí que no llegaran a desarrollar el esfuerzo y sacrificio de una óptima preparación. Por otro lado, carecemos del tipo de disciplina que conduce a una mayor concentración para llegar a un mejor resultado. Disciplina que sí tipifica al equipo de Japón y se constituye en una de sus mejores armas de competencia.

Aunque hasta ahora el gerente general Nelson Cruz  y el manager Rodney Linares han hablado poco, sería importante lo que ellos tengan que decir sobre la pobre actuación del equipo, de manera que podamos corregir las debilidades que no esperábamos, pero que sufrimos.

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