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Nacionales

PUNTO DE MIRA – La Constitución no se toca

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 El presidente Luis Abinader aplica el consis­tente estilo de sus anteceso­res con respecto a la reelec­ción: negar que en eso pone todo su empeño porque así el gabinete se mantiene en sus ocupaciones y no se al­tera el clima político.

Lo que dibuja el plan de re­postulación no es lo que di­ce sino lo que hace. Una bre­ve mirada indica que sustrae dirigentes a sus oponentes mientras recorre los caminos con las manos cargadas de promesas al menudeo.

Además de captar a di­rigentes de la Fuerza del Pueblo, su principal opo­sitor, Abinader también ha penetrado a pequeños partidos aliados de Leo­nel Fernández que ahora hablan de sustentar la re­elección del mandatario.

La imagen de Abinader se ha fortalecido en me­ses precedentes, ha aca­llado los disidentes, su PRM hace la trocha legal a sus planes continuistas, en la administración pú­blica cuenta con afana­dos jóvenes como Yayo Sanz, Wellington Arnaud, Ito Bisonó y maduros co­mo Quico Tabar y anexa apoyo de un sector em­presarial que hace bue­nos negocios.

Abinader hace visitas avi­sadas, para no ser igual que Danilo, pero con el mismo propósito de reelección, con la salvedad de que las obras prometidas están inscritas en el presupuesto, según dijo.

También, como Danilo, va capturando “acólitos y botafumeiros” que pa­ga a mayor precio ya que el presupuesto del Estado para publicidad es mayor que el pasado gobierno y nutre exclusivamente a los que sirven de bocinas.

En los últimos días se ha revelado que el propósito de modificar la Constitu­ción es para modificar los porcentajes de votos re­queridos para ganar el po­der ya que históricamente ese sector no alcanza el 51 por ciento de los votos. Es­te proposito podría causar efervescencia política.

Aunque son distintas las condiciones que en el pa­sado, la inflación y proble­mas económicos podrían dinamizar la convocato­ria ante el Congreso con la voz de que la Constitución no se toca.

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